Análisis sindical del año 2010

. jueves, 30 de diciembre de 2010
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Análisis sindical del año 2010 realizado por las CC.OO
Concluye 2010. Año de crisis, medidas del Gobierno contra el Estado de bienestar, huelga general convocada por CCOO y UGT e incapacidad del Ejecutivo para cerrar un conflicto que él mismo originó. La huelga del 29 de septiembre, que tuvo un notable seguimiento, sí provocó una profunda remodelación del Gobierno con la que Zapatero pretendió seguir el camino de los ajustes económicos y sociales a base de "más y mejor comunicación".

El secretario de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano cree, sin embargo, que no resulta fácil explicar las bondades de una política obsesionada con reducir el déficit público -al dictado de los mercados financieros- a golpe de lesionar derechos de pensionistas, empleados públicos, trabajadores y parados. "En poco tiempo la realidad puso al Ejecutivo en su sitio y las expectativas levantadas se  quedaron en nada. Y es que al final todo derivó en incrementar la capacidad de seducción para transmitir la misma política; algo que se reveló como una maniobra inútil", advierte Lezcano.

En el primer semestre de 2010, el Gobierno de Zapatero decidió precipitar el proceso de diálogo social sobre la reforma del mercado de trabajo y activar una reforma laboral con tres grandes objetivos: abaratar el despido, reforzar a los empresarios devaluando el papel de la negociación colectiva, y prolongar la dualidad del mercado de trabajo, instituyendo la temporalidad y precariedad del empleo. Según CCOO, las organizaciones empresariales, conscientes de que el nuevo discurso político del Ejecutivo les reportaría más ventajas que la negociación con los sindicatos, "no disimularon su incomodidad en la mesa de diálogo social y recuperaron su programa más ambicioso para dinamitar cualquier posibilidad de acuerdo". Gobierno y patronal dieron al traste, de esta manera, con el diálogo que, con una celeridad y determinación desconocidas hasta la fecha, fue sustituido por el decreto y su veloz tramitación parlamentaria. Poco le duró a Zapatero su compromiso con los más débiles y con el desarrollo del Estado de bienestar. "Ejerciendo un entusiasmo liberal que sorprendió a buena parte de los suyos, el presidente del Gobierno suprimió derechos sociales con la misma facilidad con la que se entregó a la causa de los mercados, del núcleo duro de la Unión Europea y del sistema financiero", denuncia Lezcano.

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