Homenaje a Trifón Cañamares. Una vida de lucha, una vida de ejemplo

. miércoles, 2 de julio de 2014
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 Hace unos días se hizo un homenaje al ya histórico camarada Trifón Cañamares, de 102 años y 78 en el PCE. Como dijo en un tono gracioso: “yo soy el partido”.

El acto comenzó a las 17:00 en la sede de IU Guadalajara en un ambiente de compañerismo y admiración hacia Trifón. Entre los presentes se encontraban la Responsable política de la UJCE en Guadalajara Xenia Sánchez-Seco, el Secretario político de la UJCE en Castilla-La Mancha Marcos Guerrero y la Secretaria general de la UJCE Anabel Alonso.

El acto, cuyo título era una vida de lucha, una vida de ejemplo, empezó con una crítica a los clérigos ya que cuando tenía la edad de ocho años fue monaguillo y les levaba las carnes más caras como cordero, ternera, cochinillo... mientras el pueblo pasaba hambre.

Al comienzo de la Guerra Civil se alistó en el bando Republicano en frente de la fuente de la tinaja, debajo del Castillo de Jadraque, además de afiliarse al PCE porque era “el mejor que puede defender mis intereses” como clase dominada. En Sagunto les dieron armas y una vez llevados al frente, en una ofensiva para tomar las trincheras controladas por los fascistas, mataron a su hermano y a él le hirieron. Después de esto, se fue a Madrid donde hizo maniobras bajo el Escorial y volvió a Teruel para combatir contra los sublevados que no aceptaron el régimen democrático de la República en el que vivían. Fue comisario de la 49 Brigada Mixta y su trabajo era el de formar a los soldados y preparar las operaciones.

Una vez terminada la guerra fue juzgado, y como “juicio fascista” que era, condenado rápidamente a muerte. En la cárcel donde estuvo, había 14 presos políticos en cada celda penados con la pena capital y él compartió celda con su padre. Según nos contaba, por la noche cuando te mandaban vestirte, ya sabías que ibas a morir fusilado. Por lo que no sabías cuando te iban a mandar vestirte, de ahí que los años que pasó en la cárcel nunca supo cuando le iba a tocar a él y su padre. Y al día siuguiente, esos 14 presos matados, eran repuestos por otros 14.

En un traslado de cárcel, se encontró con un hermano suyo y ese mismo día condenaron a muerte a 1500 presos políticos en dicha cárcel. Además, estuvo en campos de concentración franquistas donde tenían que explotar una mina para lo alemanes, pero que también ayudaban a la lucha contra el nazismo sabotenado lo que podían, como por ejemplo, escondiendo material que iba para los nazis y que así jamás llegase.

Una vez salido de la cárcel se fue a su pueblo natal, Jadraque, para quedarse con su familia. Pero como allí vio que no podía estar, emigró al Pozo del Tio Raimundo, donde construyo con la ayuda de un primo suyo y unos amigos, una chabola en los terrenos del padre Llanos. A este cura, Trifón le entregaba todos los días el Mundo Obrero y como dijo el Padre: “vine al Pozo para educar y el Pozo me educó”.

En un tono irónico, pero realista, Trifó dijo que en la clandestinidad el PCE se formó porque “el que era comunista estaba organizado”, de ahí la importancia para la lucha ya que como dijo Lenin hay que estar organizados para vencer y como dijo Trifón “hay que estar organizado y si la clase obrera lo estuviera la burguesía comería papel y nosotros la producción”. Y por eso se afilió al PCE, porque como he dicho antes, era y es “el mejor que puede defender mis intereses” y porque “con la lucha se gana todo y sin la lucha se pierde todo”, por lo que “hay que estar en la lucha y con las ideas claras”.

Una vez terminadas las palabras de Trifón, Xenia le dió las gracias por sus años de lucha y los motivos por los que estaba allí, para poner su nombre en el Colectivo Sectorial de Obreras de Guadalajara, como homenaje de la Joven Guardia a una vida de lucha, una vida de ejemplo.







 

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