Los derechos sociales, económicos y políticos reconocidos en la Constitución del 78 no se cumplen. Aunque se proclamen formalmente, la clase trabajadora no tiene acceso a los bienes jurídicos contemplados en la misma (vivienda, educación, empleo, igualdad, etcétera). Asimismo, las/los ciudadanas/os carecen de mecanismos reales de participación democrática que les conviertan en sujetos políticos activos.
Y es que el marco constitucional no da respuesta a los problemas que actualmente sufre la clase trabajadora (especialmente su juventud), siendo papel mojado todos los derechos sociales que se recogen en la Constitución del 78.
Por consiguiente, desde la UJCE podemos afirmar que el modelo de Estado está agotado y que es necesario luchar por abrir un nuevo proceso constituyente que nos permita construir un Estado con Democracia Participativa como vía al socialismo: la III República.
La Democracia Participativa debe ser herramienta en la lucha contra el neoliberalismo y por la construcción del socialismo. Planteamos una concepción radical de la democracia que defienda los derechos de las/os trabajadoras/es, tienda a la igualdad social y se base en la participación y el protagonismo de las personas.
Por tanto, entendemos que existen cuatro principios que actúan como cimientos de la Democracia Participativa:
- La cuestión del Poder: hay que empoderar a la ciudadanía, y en particular a la juventud, a través de su acción directa sobre los asuntos públicos, creando espacios para su participación que garanticen la autonomía de la sociedad civil, frente al tutelaje respecto a la administración. Las y los jóvenes deben dejar de ser sujetos pasivos y receptores de lo que les imponen las instituciones, y pasar a ser sujetos activos y creadores de las políticas que deben gestionar sus representantes.
- La cuestión del Estado: el Estado es una herramienta que sufre en su seno contradicciones determinadas por la Lucha de Clases, y por ende, está determinado en cada momento histórico por la correlación de fuerzas entre las clases. En este sentido hay que desnaturalizar el estado burgués, abriendo brechas de contrapoder que canalicen los intereses de la ciudadanía, a través de su acción directa; hay que someter al Estado al control de la ciudadanía; y hay que hacer transparente la gestión pública.
- La contradicción entre ciudadanía y neoliberalismo: la ciudadanía, desde su ámbito local, tiene que tener herramientas y espacios en los que manifestar y hacer valer sus intereses, contradictorios con las políticas neoliberales globales. Esta contradicción se hace más patente aún entre la juventud, por lo que es necesario dotarlas de estas herramientas de participación e inclusión en la vida política y social para que deje de ser una generación excluida.
- La construcción de hegemonía, toma de conciencia desde la praxis. Politización y movilización van de la mano, así, estableciendo mecanismos permanentes de participación real sobre los conflictos reales, la ciudadanía tomará conciencia de sus intereses, antagónicos a los del capital. Por un lado, entenderá que la resolución de sus conflictos concretos no viene del aparato burocrático del Estado, y por otro, tomará conciencia de que su práctica transformadora defendiendo sus intereses, construye hegemonía.
Por todo ello, en este 33º aniversario de la vigente constitución española, desde la UJCE llamamos a la juventud a unirse a la lucha republicana, a comenzar a construir entre todas y todos un movimiento por la Tercera República que sea bandera de la alternativa al actual modelo de estado, en el que los intereses del capital siempre prevalecen sobre los intereses de las y los trabajadoras/es, y en el que se nos condena a la juventud a un futuro sin voz ni derechos.
Es hora de construir la alternativa al neoliberalismo.
Es hora de luchar por la III República.
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